Comenzará la obra para detener el derrumbe de la barranca
En la intersección de Vélez Sarfield y Gobernador Etchevehere, en la parte de la Costanera Alta que se desmoronó semanas atrás, se colocarán pilotes de hormigón. Esta "costura" evitará nuevos deslizamientos de las capas de arcilla.

En calle Gobernador Etchevehere, frente al Arzobispado, nace un socavón de varios metros de profundidad. Barranca abajo hay tierra acumulada y árboles caídos. Los sucesivos desplazamiento de tierra ocurridos en las últimas semanas han afectado el paisaje y la infraestructura pública (por ejemplo, se rompió un caño de la cloaca). Hasta ahora, la Municipalidad ha realizado trabajos paliativos como demarcar la zona, vedar el tránsito vehicular y peatonal, arreglar provisoriamente el conducto y cubrir el terreno con nylon negro para que la lluvia no se siga erosionando y llevándose terrones y vegetación. Desde este lunes, se instalarán en la parte alta de la barranca derrumbada ?una costura de pilotes de hormigón que evitará el deslizamiento de las capas de arcilla?, contó el secretario de Planificación comunal, Guillermo Federik. Cada medio metro se ubicará un pilote de 40 centímetros de diámetro. La intervención se extenderá a lo largo de 80 metros. Este trabajo es el inicio de la primera etapa de restauración del paisaje. El funcionario contó que los pilotes se construirán en el lugar con un molde especial, (llegado recientemente al país). Luego de este primer paso, continuará la construcción de nuevos desagües que conducirán el agua desde lo alto hasta el sistema de conductos que corre en la Costanera. El presupuesto de la etapa inicial es de $2 millones y el plazo estimado es de un mes. Segundo paso Federik también adelantó que la restauración implica una segunda etapa. ?El proyecto definitivo incluye drenajes, taludes, aterrazamiento y un muro de contención sobre calle Acuerdo de San Nicolás?, sostuvo en declaraciones a El Diario. Como referencia se puede tener en cuenta el trabajo realizado en la barranca del Patito Sirirí. Otra de las modificaciones contempladas es el reemplazo del suelo arcilloso por otro de tipo calcáreo (brosa) para mayor estabilidad. El funcionario explicó que habrá desagües de superficie y otros subterráneos que capten las corrientes de las napas. El inconveniente original se originó por las intensas lluvias del verano y se agudizó a finales de marzo con la rotura de la cañería cloacal. Si bien el sector fue monitoreado a principios de febrero dado que ya se había insinuado el deslizamiento a partir de la saturación de la arcilla expansiva no fue posible evitar la caída. La primera grieta se registró el 27 de marzo en el coronamiento de la barranca al final de la calle Santa Fe. Los problemas de estabilidad también se registran en otros enclaves del parque. El municipio tiene detectado potenciales riesgos en la zona del Anfiteatro, en la Cuesta de Izaguirre, en la Bajada de Los Vascos y en la calle Melvin Jones. Una de las razones es que desde hace 20 años no se realizan trabajos de fondo para el mantenimiento de los sistemas de drenaje (con excepción de la barranca del Patito) sino que se ha apelado a trabajos puntuales. En este sentido, los técnicos de la comuna observan que esos desagües han cumplido su vida útil. Serán necesarias inversiones de consideración para arreglalos y preservar la tierra en su lugar. En las inmediaciones del lugar, el desplazamiento de las personas está restringido. La calle Acuerdo de San Nicolás (que pasa frente al Anfiteatro, en la Costanera Media) está cortada desde Marcelo T. de Alvear (bajada del Rowing) hasta la Costanera Baja. En el lugar se ha extendido una malla perimetral que abarca las barrancas superiores e inferiores desde Laurencena hasta la ermita de la virgen Stella Maris.